La paralización del turismo ha volatilizado los ingresos de las hoteleras en todo el mundo y lo que es peor es que las empresas desconocen cuanto tiempo van a durar ese escenario, debido a que dependerá en exclusiva de la rapidez en la que se encuentre una vacuna. Entre tanto acumulan millones de pérdidas (en España NH y Meliá registraron números rojos de 358 y 218 millones en el primer semestre) y en la mesa de los comités de crisis se analizan las posibles fusiones para afrontar un escenario “similar” al de una guerra, tal y como lo ha descrito el consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer.
El avispero de las fusiones fue agitado por el diario francés Le Figaro, que publicó que el grupo hotelero francés Accor, el mayor del país y el séptimo del mundo por tamaño, con 5.036 establecimientos, había estado valorando la posibilidad de proponer una fusión con su rival británico IHG, el quinto en el mundo, con 5.903 habitaciones. La información revela que detrás de la propuesta estaba el desplome de la actividad turística y que se llegó a crear en junio un grupo de trabajo y a contratar a asesores externos, aunque finalmente se acabó descartando la idea.
De acuerdo con el rotativo galo, el consejero delegado de Accor, Sebastian Bazin contrató a banqueros de Centerview y de Rothschild para analizar la transacción, junto con el director financiero del grupo, Jean-Jacques Morin. Tras los primeros trabajos de análisis, Bazin se mostró favorable a la integración, pero finalmente fue el propio consejero delegado el que decidió que no era el momento adecuado, por lo que ni siquiera llegó a establecer contacto con InterContinental.
De esta manera, la combinación de estos dos gigantes europeos habría dado lugar a un grupo con 11.000 establecimientos, con marcas como Holiday Inn, Crowne Plaza, Sofitel o Ibis. La operación, según fuentes consultadas, habría permitido ahorrar costes en servicios centrales, sistemas de reservas y programas de fidelización.
La noticia sobre la posible fusión disparó la cotización de ambos grupos en el arranque de las sesiones bursátiles. Los títulos de Accor iniciaron el día con una fuerte subida hasta superar los 24 euros, aunque al cierre se estabilizaron en el entorno de los 23 euros, mientras que las de Intercontinental escalaron hasta las 4,1 libras para cerrar la sesión ligeramente por debajo de las 4. Ambos valores, al igual que el resto de los ligados al sector turístico, han sufrido una corrección muy fuerte desde que irrumpió la crisis sanitaria en marzo, con un perfil muy similar.
En esas fechas, Accor cotizaba en el entorno de los 40 euros por acción y los títulos se desplomaron un 50% hasta los 20 euros en apenas quince días, mientras que los títulos de Intercontinental valían cinco libras antes del coronavirus y un par de semanas después valían la mitad, aunque posteriormente se recuperaron con más rapidez que los de Accor.
La hotelera francesa se blindó frente a la crisis con un crédito de varios bancos por un importe de 560 millones de euros, registrando unas pérdidas de 1.512 millones en el primer semestre. Por su parte, Reino Unido salió al rescate de Intercontinental con un préstamo de 690 millones de euros ante el desplome de ingresos.
Date: